Basílica de Luján

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BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

Reseña:

Está ubicada en la ciudad de Luján, a 70 km al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la provincia de Buenos Aires. Se encuentra frente a la plaza Belgrano, en la manzana circundante por las calles San Martín, Padre Salvaire, Bartolomé Mitre y 9 de Julio.

El estilo arquitectónico es neogótico, reinterpretación del estilo gótico que surgió en Europa Occidental (Inglaterra, Francia y Normandía) en el siglo XII y se desarrolló por evolución del románico.

Otros ejemplos en nuestro país, del estilo neogótico, son la Catedral de La Plata, la de Mar del Plata, San Isidro y Córdoba (Iglesia de los Capuchinos).

Fecha de construcción, desde 1890 a 1935. En 1896 se instalaron los vitrales traídos de Burdeos. La inauguración y bendición oficial sin las torres, se celebró el 4 de diciembre de 1910.

Fue declarada  Monumento Histórico Nacional en 1998.

La Basílica es el Santuario Nacional, ya que la Virgen de Luján es la patrona del país.

 

Arquitecto: Ulrico Courtois.

 

Su altura es de 106 metros. Ancho de frente:42 metros. En el crucero 68,5 metros.

Está revestida en piedra de Colón, provincia de Entre Ríos.

Se accede al santuario a través de una escalinata de mármol blanco de 15 peldaños, que simboliza el acceso de los cristianos a un lugar superior, sagrado.

La fachada se divide en tres plantas: inferior, central y superior.

La planta inferior está dominada por las 3 principales puertas de acceso, construidas en madera y revestidas en bronce.

Poseen una doble simbología: la primera, que representa la Santísima Trinidad, la segunda, es que el pórtico central está dedicado a la República Argentina, el pórtico oeste a Uruguay y el este a Paraguay.

Cada puerta está acompañada de cada lado, por un manojo de pináculos, con su correspondiente piñón triangular agudo horadado en su base, donde está la serie de pilastras y arquivoltas, una sucesión de arcos tallados que representan la región  cuyana, y que dan entrada a la iglesia.

El pórtico central tiene en su frontón ojival un bajo relieve con la imagen de Nuestra Señora de Luján con la frase en latín: ”Ave María, felix coeli porta” (Dios te salve María, puerta feliz del cielo)

En la planta central encontramos 8 hornacinas o nichos con arcos apuntados, apoyados sobre finas columnas que contienen las imágenes de los Apóstoles y los Evangelistas, de 6 metros de altura, y a los costados de cada torre cuatro nichos más que no se ven desde el frente.

El aspecto de estas estatuas góticas es típico: postura rígida, brazos pegados al cuerpo, piernas paralelas, pies colgantes, ropajes que caen verticalmente en pliegues rígidos y paralelos, cabezas pequeñas con respecto al cuerpo.

En el centro de la planta central encontramos un clásico rosetón fabricado en Francia, por la empresa Val-D´Osne, de 6 metros de diámetro, de piedra y vidrio. Su vitreaux radia sus doce pétalos y en el centro se encuentra la imagen de la virgen.

El rosetón tiene una función doble: fuente de luz, ilumina el templo  y lo embellece, con el juego de colores que proyectan los rayos de sol, llegando al altar mayor, y también aligera el espesor de la pared, dando la idea de equilibrio.

El rosetón es un elemento típico de la arquitectura gótica, y su forma circular con rayos, tiene para los cristianos un doble significado simbólico, alude al sol, símbolo de Cristo y a la rosa, símbolo de María.

En la parte superior, uniendo las torres (que se pueden divisar a varios kilómetros de distancia), se encuentra una galería a giorno que disimula las 2 grandes vertientes del techo. Estas se vierten por medio de desagües saledizos, esculpidos con forma de animales fantásticos y reciben el nombre de gárgolas.

Las observamos en la base de las torres, custodiando el templo y en acecho, ”porque fuera del templo está siempre el demonio, por eso uno siempre está sano y salvo cerca del templo.”

En las torres se encuentran las ventanas del campanario, coronadas por un reloj de estilo inglés, de 6 metros de diámetro, traído de Rosario.

La torre de la derecha posee 2 campanas manuales, la de la izquierda 15 campanas eléctricas, cada una de ellas lleva un nombre y un lema.

Las campanas se construyeron con hierro fundido de cañones de guerra en Europa.

Las dos torres, culminan con una aguja simétrica, rematada cada una, con una cruz, que volvieron a lucir a partir de 2017, ya que en el 2000 una de ella cayó desde los 100 metros.

Cada cruz tiene 9 metros de altura y 4,80 de ancho. Pesan 1400 kilos cada una y fueron realizadas en los Astilleros Río Santiago.

La estructura principal de las cruces es de perfiles y chapas de acero, parte de la ornamentación de acero y el resto de láminas de cobre.

La planta de la Basílica posee la forma de cruz latina, recordando que Jesucristo fundó su iglesia muriendo en la cruz.

Observamos la nave mayor y el transepto (nave transversal que forma el brazo corto).

En el eje mayor se encuentran, a ambos lados, los contrafuertes,  que son la parte saliente del muro y sirven para fortalecerlo, con sus arbotantes y pináculos.

Arriba del crucero, que es el espacio definido por la intersección de la nave principal y la transversal o transepto, observamos una aguja de cobre, construida en 1937.

El eje mayor  termina con un ábside semicircular que sobresale en la fachada posterior, rodeado también de contrafuertes, agujas y pináculos.

Los pináculos y agujas son característicos del estilo gótico y sirven para acentuar la impresión ascendente y hacer que la estructura parezca más ligera.

El interior de la Basílica, posee una nave central y dos naves laterales.

Si levantamos un poco la vista, veremos en el segundo nivel el triforio, galería que rodea la nave central, sobre los arcos de las naves laterales.

Y si observamos bien arriba, muy cerca del techo, el claristorio, donde los vitrales de diseño exquisito, van permitiendo el paso de los rayos de sol.

No es casual que, al ras del piso, donde camina el visitante, haya más oscuridad. Toda una simbología de espíritu neogótico. Dios está arriba y es el que ilumina.

Las naves laterales, con siete capillas de cada lado, cada una con 2 ventanas altas con vitrales. En algunos de los vitrales podemos encontrar los escudos de las 14 provincias del país. (las que existían en ese momento).

Las vidrieras góticas son como “pinturas transparentes”, son libros de imágenes, donde se lee el dogma católico.

El ábside, situado en la cabecera de la Basílica, es característico de las iglesias de peregrinación, tiene 10 capillas, y se llega por  la girola, que es un pasillo, prolongación de las naves laterales.

Los muros del templo son delgados, altos y esbeltos con grandes vitrales, lo que es posible por los contrafuertes, que llevan el peso hacia fuera.

En el techo, la bóveda de crucería, está conformada por arcos apuntados, que transmiten más sensación de verticalidad.

Todos los elementos (agujas, torres, pináculos) guían los ojos en una mirada ascensional, cuyo objetivo es el cielo e indican simbólicamente, la elevación espiritual.

 

 

 

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